Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018: balance del sexenio

Perseguir un objetivo y lograrlo requiere de planeación, operación, coordinación y de una evaluación de los resultados. Los gobiernos necesitan desarrollar estas acciones a fin de lograr la meta de llevar al país hacia el desarrollo y crecimiento económico, así, cada gobierno tiene la encomienda de elaborar el documento rector que regirá sus acciones. Este documento es el Plan Nacional de Desarrollo (PND), instrumento que traza las acciones de gobierno que son ejecutadas por las entidades y dependencias de la administración pública federal.

Desde 2013, el CONEVAL se dio a la tarea de analizar el PND y los documentos relacionados con este para identificar si incorporaban elementos que se vincularan con el sistema de monitoreo y evaluación. De este análisis, el CONEVAL concluye que el PND 2013-2018 sí incorporó un sistema integral de monitoreo y evaluación basado en el seguimiento de indicadores para contar con un gobierno orientado a resultados, eficiente y cuyo mecanismo de evaluación optimizara el uso de los recursos públicos. Para lograr esa tarea se señalaba al CONEVAL, junto con las secretarías de Hacienda y Función Pública como los actores principales que darían seguimiento a esas acciones.

 A la fecha el CONEVAL ha diseñado diversas metodologías que permiten monitorear y evaluar los programas derivados del PND. De igual modo ha llevado diversos ejercicios para medir el avance de los indicadores del PND y diversas evaluaciones que están disponibles en la página del Consejo.

En resumen, una manera de conocer los avances en materia de desarrollo social son los resultados de la medición de la pobreza que realiza el CONEVAL con base en la información que genera el INEGI. La evolución de las carencias sociales que forman parte de esa medición revela avances positivos pero no suficientes en la administración 2013-2018.

Los indicadores de las carencias sociales mostraron una tendencia a la baja y destaca el indicador de carencia por acceso a los servicios de salud que entre el periodo 2012-2016 tuvo una disminución de seis puntos porcentuales. De igual manera, la carencia por acceso a la seguridad social que disminuyó 5.4 puntos porcentuales en el mismo periodo.

Aunque la población en pobreza permaneció estable, sí hubo cambios en su composición. La población en pobreza se compone de población en pobreza moderada y población en pobreza extrema, esta última disminuyó 2.1 millones de personas entre 2012 y 2016, pero es la misma cantidad que aumentó en el grupo de población en pobreza moderada.

Esta administración se enfrenta a diversos retos en la planeación de la política pública. En el diseño del Plan Nacional de Desarrollo es importante incluir más indicadores que midan resultados, pues es más factible identificar los beneficios que se otorgan a la población.

Es importante incorporar políticas que reduzcan las brechas de desigualdad entre los diferentes grupos de población y lo mismo para disminuir la cifra de los 53.4 millones de personas en pobreza. El diseño del Plan Nacional de Desarrollo deberá pensarse a mediano y largo plazo con una coordinación entre los tres órdenes de gobierno y una mejora en los instrumentos de seguimiento.

¿Qué aprendimos en 40 años de estrategias de coordinación interinstitucional?

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL),  en su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, identificó que uno de los principales obstáculos que podría tener la nueva administración es la fragmentación en el trabajo entre los distintos órdenes de gobierno y la multicausalidad de los problemas sociales; ante esto, la coordinación interinstitucional surge como un componente fundamental para la política social al disminuir la dispersión de esfuerzos y la desarticulación de acciones.

Es por ello que el CONEVAL ha profundizado en el conocimiento sobre las experiencias de coordinación interinstitucional desarrolladas en el país desde 1977 hasta 2017, con el objetivo de consolidar un recuento de buenas prácticas, lecciones aprendidas y elementos positivos que podrían replicarse en el futuro.

En el documento 40 años de estrategias de coordinación interinstitucional para la política de desarrollo en México, el CONEVAL presenta un análisis de seis estrategias de coordinación cuyo objetivo es identificar lecciones aprendidas, desafíos de implementación y buenas prácticas de coordinación interinstitucional, tanto en el ámbito federal como en las entidades federativas.

El documento es un acercamiento puntual al estudio del diseño y la operación de las estrategias de coordinación, que ayuda a entender los tipos de coordinación, así como la combinación de componentes y los supuestos con que han operado y que dan forma a la política social actual.

Las estrategias de coordinación que retoma el análisis son:

  1. Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR)
  2. Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa, posteriormente Programa de Desarrollo Humano y Oportunidades y, actualmente, Prospera Programa de Inclusión Social)
  3. Programa para el Desarrollo Local (conocido como Microrregiones)
  4. Estrategia Integral para el Desarrollo Social y Económico de los Municipios con el Menor Índice de Desarrollo Humano (Estrategia 100×100)
  5. Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH)
  6. Estrategia Nacional de Inclusión (ENI).

De los resultados del estudio de cada una de estas estrategias, se realiza un análisis  que permite comprender cómo han evolucionado las formas específicas de coordinación, la definición de los problemas que se han pretendido atender, y se explica cómo se han definido los espacios para la toma de decisiones conjuntas, así como el alcance de esas decisiones.

Del análisis de las seis estrategias mencionadas, se identifican siete lecciones que buscan servir en la mejora del diseño e implementación de estrategias similares en el futuro:

  1. Cualquier estrategia de coordinación, para ser efectiva, requiere partir de una serie de decisiones secuenciadas: a) una definición del problema público; b) población que lo padece; c) factores que generan el problema; d) secuencia coherente de las intervenciones de los programas que son necesarios para atender el problema; e) actores con autoridad sobre dichas intervenciones; f) espacio de decisión; g) decisiones conjuntas, y h) acciones articuladas.
  2. Para tener una estrategia de coordinación efectiva se requiere información de calidad, oportuna y que sea utilizada para tomar decisiones sobre el diseño y operación.
  3. La escala/tamaño de la estrategia debe estar determinada por el problema que busca atender, así como por el modelo de coordinación para hacerlo.
  4. Solo a partir de la definición del problema será posible precisar la población que lo padece y, entonces, definir la estrategia de focalización necesaria para atenderla.
  5. Una estrategia de coordinación eficaz requiere tener claramente definido el papel que tendrán los recursos presupuestales como herramienta para articular la operación de los componentes de la estrategia.
  6. Una estrategia de coordinación eficaz requiere una plataforma de decisión con la autoridad suficiente para modificar su diseño y operación.
  7. La definición del conjunto de actores que participará en la toma de decisiones deberá estar en función del modelo de coordinación y del problema que se quiera resolver, así como del tipo de decisiones que necesitan ser tomadas.

El documento 40 años de estrategias de coordinación interinstitucional para la política de desarrollo en México está organizado en cuatro capítulos: en el primero se explican las categorías analíticas para estudiar la coordinación; en el segundo, se presenta un estudio de la evolución de la coordinación interinstitucional en las últimas cuatro décadas para comprender las formas en que han cambiado las estrategias, los resultados de cada una y los desafíos no resueltos, así como hallazgos sobre el funcionamiento de las estrategias de coordinación en la política social; en el tercer capítulo se comparte un análisis descriptivo de cada estrategia: la forma en que se planeó la toma de decisiones conjunta y la articulación de acciones y su funcionamiento real; y finalmente, en el cuarto capítulo se ofrecen lecciones sobre los tipos de coordinación, los desafíos de implementación y elementos mínimos que cualquier estrategia de coordinación debería contar.