Medir la pobreza con varias dimensiones: el aporte metodológico de México al mundo

Para los doctores sería difícil obtener siempre un buen diagnóstico si únicamente midieran la presión sanguínea de su paciente. Lo mismo sucede con cualquier problema social, incluyendo el de pobreza: si por simplicidad sólo usáramos un indicador, por ejemplo, el ingreso, podríamos tener un panorama engañoso de la situación social del país.

Para resolver este problema, la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), promulgada en México en 2004, creó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el cual tiene dos funciones principales: medir la pobreza en forma multidimensional y evaluar las políticas y programas sociales.

La LGDS establece que la medición de pobreza debe tener varias características: debe vincular de manera sencilla los programas sociales con la pobreza con el objetivo de guiar las decisiones de política pública; se tiene que definir en el espacio de derechos sociales así como del ingreso, y debe incluir las siguientes dimensiones: ingreso, rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social.

Como se puede ver, para el CONEVAL el reto metodológico de elaborar esta medición de pobreza multidimensional era enorme. ¿Cómo le hicimos? Como se puede ver en la figura, primero identificamos a toda la población dentro del espacio de los derechos sociales: a aquéllos que no tienen ninguna carencia social y a quienes cuentan con al menos una carencia social. Posteriormente identificamos a la población dentro del espacio del ingreso. Tal como lo hicimos en el espacio de derechos sociales, dividimos a aquéllos con un ingreso mayor o menor a valor de la canasta alimentaria y no alimentaria usando una línea de pobreza por ingresos a la cual nombramos Línea de Bienestar Económico (LBE).

Para propósitos de identificación, la población en pobreza multidimensional son las personas que no cuentan con ingreso bajo Y ADEMÁS cuentan con al menos una carencia social. Pero dado que toda la población es relevante para propósitos de política pública, no basta con sólo identificar a la población pobre. Esta metodología también permite identificar a los hogares vulnerables, tal como se muestra en la figura. Primero están aquellos con un ingreso relativamente alto, pero que padecen al menos una carencia social. Por ejemplo, una persona que trabaja por su cuenta y tiene un ingreso mensual de 20,000 pesos, pero no tiene derecho a acceder a los servicios de salud o a la seguridad social. Esta persona es vulnerable en el espacio de los derechos sociales. También están los que no tienen ninguna carencia social pero cuentan con un ingreso bajo. Una persona en esta situación es aquella que acaba de entrar a una etapa económica difícil, pero sí tiene acceso a todos los derechos sociales. Ésta es vulnerable en el espacio de bienestar económico porque en el futuro puede carecer de alguno de sus derechos sociales. Finalmente, la metodología identifica a la población con ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades básicas y que no cuenta con ninguna carencia social. El objetivo principal del desarrollo social y de política pública debe ser que toda la población se encuentre en esta situación.

Esta forma de múltiples dimensiones de medir los problemas sociales puede guiar la política pública, no sólo para disminuir la pobreza sino también para reducir la vulnerabilidad a través de mejores mecanismos económicos y sociales. Los beneficios de la población deben ser tanto en el espacio de los derechos sociales como del ingreso.

Al usar el enfoque de derechos sociales para medir la pobreza, no sólo se alinea la medición de pobreza con el mandato de la Constitución Mexicana y de la LGDS, también ayuda a solucionar algunas cuestiones metodológicas. En particular, se resuelve el problema de los ponderadores y los umbrales. Al ser todos los derechos sociales igual de importantes, la ponderación es la misma para todas las dimensiones sociales. Asimismo, las regulaciones mexicanas han seleccionado diversos umbrales. Por ejemplo, en la Constitución se indica que el nivel mínimo de educación en México debe ser educación básica; por lo tanto, este es precisamente el umbral que usamos para esta dimensión.

CONEVAL trabajó mucho para tener lista esta medición en 2009. Pero también obtuvimos valiosos contribuciones de nuestros amigos. De David Gordon obtuvimos la idea de identificar a toda la población con diferentes niveles de necesidades en una misma figura, siguiendo el método de la matriz latinoamericana. James Foster y Sabina Alkire enriquecieron nuestra metodología al incluir la intensidad de la pobreza en el espacio de las carencias y a hacerla desagregable. Gracias a todos ellos.

Los doctores y científicos sociales seguirán tratando de entender los problemas de las personas. No siempre vamos a acertar, pero esperamos que si usamos los métodos de medición apropiados podemos mejorar sus vidas.

Construyendo y mejorando los indicadores de los programas sociales

En 2012 el CONEVAL realizó el diagnóstico del diseño de los objetivos y el establecimiento de indicadores de los programas y acciones de desarrollo social. En este diagnóstico el CONEVAL hace una valoración del cumplimiento y la calidad de los elementos mínimos que debe contener la Matriz de Indicadores (MIR) de los programas sociales federales.

Derivado de este análisis, las MIR se clasifican en cuatro categorías 1) MIR con diseño destacado (verde oscuro); 2) Matrices con diseño adecuado (verde claro); 3) Matrices con diseño moderado: (amarillo) y, 4) Matrices con oportunidad de mejora: (rojo)

En 2012 se registraron 734 MIR en el Portal Aplicativo de la Secretaría de Hacienda, de las cuales, se consideró un total de 218 como programas y acciones de desarrollo social a valorar en cuanto al diseño de su MIR y que de acuerdo a la dependencia que los coordina, se distribuyeron de la siguiente manera:

 De acuerdo con los resultados de este Diagnóstico 2012, las MIR se clasificaron de la siguiente manera:

  • Matrices con diseño destacado – 28%
  • Matrices con diseño adecuado – 43%
  • Matrices con diseño moderado – 27%
  • Matrices con oportunidad de mejora – 2%

Como se observa, en 2012 el porcentaje de MIR con diseño destacado y adecuado fue de más del 70 por ciento, lo que implica que menos programas requieren de modificaciones en cuanto al planteamiento de sus objetivos y a la construcción de sus indicadores. Adicionalmente, respecto al diseño de los programas se tienen los siguientes hallazgos:

  • 64 por ciento de las MIR cuentan con los componentes necesarios y suficientes para lograr el propósito del programa.
  • 63 por ciento de los programas tienen un propósito único que representa un cambio específico en las condiciones de vida de la población objetivo.
  • En 76 por ciento de las MIR se espera que el logro del propósito implique una contribución significativa al logro del fin.

En cuanto al análisis de los indicadores, los principales hallazgos fueron los siguientes:

  • 54 por ciento de los programas tienen los indicadores necesarios y suficientes para medir adecuadamente el fin para el cual fue creado el programa.
  • 64 por ciento de los programas han incorporado los indicadores necesarios y suficientes para medir adecuadamente la razón de ser del programa
  • 83 por ciento de los programas han establecido los indicadores necesarios y suficientes para monitorear adecuadamente los componentes.
  • Respecto a los medios de verificación se tienen avances importantes, a nivel de componentes 43 por ciento de los programas han incorporado los medios de verificación suficientes; a nivel de propósito, el 44 por ciento, y; a nivel de fin, el 46 por ciento.

Avances y retos

La implementación de la MIR ha permitido tener mejoras en términos de planeación, diseño, implementación y seguimiento de los programas y acciones de desarrollo social. Entre estas se encuentran las siguientes:

  • El total de programas y acciones de desarrollo social cuenta con una herramienta que resume la información más importante de su quehacer en cuanto al problema que se propone resolver, los medios para alcanzarlo y la medición en términos de gestión y resultados.
  • Se han generado indicadores que dan cuenta de los resultados alcanzados por los programas y acciones de desarrollo social tanto a nivel sectorial como en lo individual y han sentado las bases para la realización de evaluaciones consistentes y homogéneas.
  • La MIR y sus indicadores de desempeño son una herramienta del Presupuesto basado en Resultados y del Sistema de Evaluación al Desempeño y es usada para la elaboración de informes que contribuyen a la transparencia y a la rendición de cuentas de la Administración Pública Federal.

Por otra parte, aún existen retos tanto para los programas y acciones de desarrollo social de manera individual, como para las dependencias y entidades en su conjunto. Entre los retos se encuentran los siguientes:

  • Revisar y mejorar continuamente la lógica causal y los indicadores de los programas, de manera que los objetivos reflejen de manera precisa el resultado que se busca alcanzar y que los segundos den cuenta de su logro.
  • Mejorar las fuentes de información para la elaboración de los indicadores, especialmente los que se refieren a registros internos de los programas.
  • Mayor participación por parte de los actores que toman las decisiones en la construcción y diseño de la MIR, de manera que las modificaciones o mejoras a esta puedan implementarse incluso en el mismo ejercicio fiscal.
  • Si bien para 2012 fueron 35 programas de desarrollo social que recibieron la aprobación de sus indicadores (aproximadamente 30 por ciento del total de programas sujetos a aprobación), aún es necesario que el resto de los programas realice un esfuerzo  para que sus indicadores cumplan con las características mínimas de diseño, consistencia técnica y estadística necesarias para que puedan ser aprobados por el CONEVAL.