Las Líneas de Pobreza por Ingresos son una referencia monetaria que establece el CONEVAL para medir el bienestar económico de la población como parte de la medición multidimensional de la pobreza.
Son dos las líneas que el CONEVA utiliza: Línea de Pobreza por Ingresos (LPI) y Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI), las cuales nos permiten conocer si los ingresos de los hogares mexicanos, tanto en el ámbito rural como en el urbano, posibilitan que las familias adquieran los productos de la canasta alimentaria y la no alimentaria.
La canasta alimentaria se compone de los víveres que al mes consumen las familias y su costo lo conforma la LPEI. El proceso para su construcción consiste en establecer los nutrientes que aportan los alimentos consumidos por los hogares; obtener el Coeficiente de Adecuación Energética; comparar el consumo real de calorías con el mínimo indispensable; seleccionar un Estrato Poblacional de Referencia (EPR), quiénes consumen lo requerido, así como conocer qué alimentos consumen y con qué frecuencia para determinar los alimentos en la canasta y el costo de esta.
En tanto, las canastas alimentaria y no alimentaria forman el valor monetario de la LPI; esta se establece cuando se elige un EPR; se estipulan sus gastos en bienes o servicios no alimentarios como transporte, cuidado personal, vivienda, entre otros, y se contempla el gasto para tener esos productos y servicios después de cubrir el costo de la canasta alimentaria.
Cada mes, el CONEVAL actualiza el valor monetario de las Líneas de Pobreza por Ingreso tanto para zonas rurales como urbanas. Para su construcción, retoma la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI. Es importante destacar que no deben considerarse como un patrón de consumo sugerido porque este depende de ciertos factores en cada hogar.
Para conocer más sobre este tema, consulta Construcción de las Líneas de Pobreza por Ingresos. Documento metodológico.