¿Cómo cambia la política social a partir de las evaluaciones?

Un Aspecto Susceptible de Mejora es un hallazgo, una debilidad, una oportunidad o una amenaza identificada en una evaluación externa o informes que pueden ser atendidos para la mejora del programa, de la política pública o del Fondo de Aportaciones Federales.

En el documento Informe de seguimiento a los aspectos susceptibles de mejora de programas y acciones federales de desarrollo social 2018-2019, el CONEVAL busca mostrar un instrumento que permita identificar elementos acerca del proceso mediante el cual el uso de la evaluación y sus resultados influyen en la toma de decisiones sobre los programas y las acciones de desarrollo social federales.

A continuación, te presentamos los principales hallazgos del documento:

  • Para el ciclo 2018-2019, se analizaron 238 Aspectos Susceptibles de Mejora (ASM) específicos e institucionales, provenientes de hallazgos y recomendaciones a 103 programas y acciones federales de desarrollo social de 12 dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF).
  • De los 238 ASM identificados durante este ciclo, 182 son de tipo específico y 56 de tipo institucional.
  • Se registraron cuatro ASM interinstitucionales y uno intergubernamental, para un total de 243 ASM.
  • Del total de ASM analizados, 188 concluyeron con la totalidad de sus actividades en marzo de 2019, lo que representa un cumplimiento de 79% del total de ASM (excluyendo los interinstitucionales e intergubernamentales) para el ciclo 2018-2019.
  • Sobre los cambios aplicados en la política programática de desarrollo social, derivado de la conclusión de los ASM por programa, se sabe que, de los 188 ASM concluidos, 138 aspectos están orientados a corregir actividades o procesos del programa (73.4% del total); 11 están relacionados con modificar apoyos del programa (5.9% del total); 34 se encuentran vinculados con la reorientación sustancial del programa (18.1% del total); y 5 buscan reforzar el programa por medio de la generación de sinergias con otros programas, así como emprender acciones para que éste sea operado por otra dependencia, entidad o unidad responsable (2.7% del total).

En resumen, la cultura de la evaluación y el monitoreo ha avanzado notablemente en los últimos años. No obstante, aún se identifican retos y áreas de oportunidad para continuar con los esfuerzos por posicionar los ejercicios de evaluación como un elemento fundamental para analizar con objetividad el desempeño de los programas presupuestarios, así como para mejorar los bienes y servicios que se otorgan a la población con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.

¡Consulta el documento completo en: https://bit.ly/2YBKyxb!