LA POBREZA EN MÉXICO
Medición de Estado
En el siglo XX el país no contaba con una medición oficial de pobreza. Se tenían diversas cifras que provenían tanto de académicos individuales como de organismos internacionales que brindaban rangos de pobreza muy amplios y variados. Algunas de las cifras tomaban umbrales cercanos a 1 dólar por día, que provenía de la realidad de los países más pobres del mundo, y que por tanto no eran de aplicación idónea para un país como México.
Es por ello que el Congreso mexicano decidió por unanimidad crear una instancia autónoma que midiera la pobreza de manera objetiva y aplicada a la realidad mexicana, para que ésta fuera una medición de Estado y se usara en decisiones de política pública. El Congreso, a partir de la Ley General de Desarrollo Social, también solicitó que la medición de pobreza incluyera múltiples dimensiones: ingreso del hogar, rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y el grado de cohesión social. Es por ello que la medición tiene un enfoque de derechos sociales. La medición que elabora el CONEVAL desde 2008 proviene por tanto de un gran acuerdo del Estado Mexicano.
Cifras y tendencias
De 1990 a 2014, la evolución de las dimensiones de la pobreza muestran contrastes: por un lado, un claro avance en algunos indicadores de cobertura de servicios básicos, por otro lado, el ingreso de los mexicanos no ha mejorado de manera significativa en las últimas décadas.
En la gráfica 1 se presenta la evolución de los indicadores que conforman el espacio de las carencias sociales de acuerdo con la metodología multidimensional de medición de la pobreza en México. Se observa el avance en el acceso a servicios de salud (al menos en la parte de afiliación) y el mejoramiento de las condiciones de las viviendas, así como la reducción en la carencia por acceso a la seguridad social, la cual, sin embargo, sigue siendo la carencia que más padece la población mexicana.
La gráfica 2 muestra la evolución del ingreso corriente total per cápita en México. Como se puede observar, el ingreso real entre 1992 y 2014 es prácticamente el mismo, aunque ha tenido periodos de reducción como en 1995, 2009 y 2014. Por lo tanto dentro de la medición de pobreza, el ingreso de las familias ha sido el elemento que más ha influido en que la pobreza no se reduzca en el largo plazo o que haya bajado en ciertos periodos.
Estos resultados se han traducido por un lado en una reducción de la pobreza extrema (usando la medición de Estado que México ha implementado desde 2008), especialmente a partir de 2010, que ha sido producto de las transferencias gubernamentales así como del aumento en la cobertura de servicios básicos. Pero por otro lado, también se ha observado un aumento de pobreza general desde 2008, producto de la caída del ingreso real en ese periodo.
A lo largo del tiempo se han observado esfuerzos de política social que han permitido la reducción de diversas carencias sociales. Hoy día la tarea pendiente es incrementar el ingreso real de las familias, continuar con el abatimiento de las carencias sociales, mejorar la calidad de los servicios de educación y de salud, así como reducir las disparidades económicas que persisten entre la población mexicana, las cuales no han permitido la reducción de la pobreza.
Un avance primordial en el sector social, es que hoy podemos conocer con certeza estas tendencias, gracias a la iniciativa del Congreso de tener una medición de pobreza de Estado.